Inversión
térmica y lluvia acida
Una inversión térmica es una derivación del cambio normal de
las propiedades de la atmósfera con el aumento de la altitud. Usualmente
corresponde a un incremento de la temperatura con la altura, o bien a una capa
de inversión donde ocurre el incremento. En
efecto, el aire no puede elevarse en una zona de inversión, puesto que es más
frío y, por tanto, más denso en la zona inferior.
La lluvia ácida se
forma cuando la humedad en el aire se combina con
los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por
fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos
derivados del petróleo. En interacción con el vapor
de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente,
estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
La lluvia ácida tiene una gran cantidad de efectos nocivos en los ecosistemas y sobre los materiales.
Al aumentar la acidez de las aguas de ríos y lagos, produce trastornos
importantes en la vida acuática.
Algunas especies de plantas y animales logran adaptarse a las nuevas
condiciones para sobrevivir en la acidez del agua, pero otras no.
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